Debemos ser conscientes de la importancia de prepararnos adecuadamente antes de salir de viaje, es fundamental informarnos sobre: el lugar que vamos a visitar, las condiciones del clima, el acceso a servicios básicos (como servicios de salud), si se puede tomar el agua del lugar (agua potable), si hay algún riesgo de enfermedad propia de la zona u otros tipos de riesgos a considerar.
Por otra parte, hay que saber sobre el estado de la salud de cada una de las personas que viajan, esto para prevenir cualquier inconveniente o emergencia. Si algún integrante padece alguna enfermedad (aguda – crónica) o está cumpliendo algún tratamiento, es indispensable conocer la opinión del médico o profesional en salud en cuanto a la seguridad del viaje o recomendaciones adicionales.
Si se toma medicamentos hay que asegurarse de llevar la cantidad necesaria para todo el viaje y en relación con esto, lo mejor es que los medicamentos estén en sus envases originales y tener una lista con el detalle de lo que se toma y el teléfono de contacto del médico de cabecera.
Prevenir inconvenientes a través de una buena Salud Dental – Oral
Si se pretende planear un viaje de aventura o si el itinerario es complicado o prolongado, con mucha más razón de deberá acudir con la mayor antelación posible para las valoraciones médicas pertinentes. En todos los sentidos recordemos que la prevención siempre es la mejor opción.
En cuanto a los más pequeños
Las enfermedades gastrointestinales suelen ser frecuentes y graves en lactantes y niños pequeños al ser más vulnerables, ya que su flora intestinal aún no es tan fuerte. Por esta razón, es fundamental reforzar las medidas preventivas con el agua y los alimentos, así como también continuar con la lactancia si el niño está tomando del pecho.
También, hay que prestarles mucha atención a los cuidados frente al sol, ya que los niños y las personas adultas mayores son muy vulnerables a la deshidratación, los golpes de calor y a las quemaduras solares.
Algunas recomendaciones generales
Prevenir complicaciones por calor o exposición solar:
- Tomar mucha agua, aunque no se tenga sed.
- Evitar bebidas con cafeína o con mucha azúcar.
- Tomar duchas o mojarse el cuerpo con frecuencia, en especial bebés y niños.
- Utilizar ropa holgada y cómoda de colores claros, que cubra brazos y piernas, usar gorro o sombrero y anteojos de sol.
- Evitar realizar actividad física o grandes esfuerzos.
- No exponerse al sol durante las horas centrales del día (11 a.m. a 3 p.m.)
- Usar protector solar con factor de protección mayor a 15 en las zonas descubiertas y repetir cada 2 horas.
Prevenir enfermedades transmitidas por el agua o los alimentos:
- Lavarse frecuentemente las manos, en especial, antes de las comidas y luego de ir al baño.
- Beber solo agua de fuentes segura (potable – embotellada) y no consumir hielo.
- Utilizar agua segura para preparar alimentos o lavarse los dientes.
- Consumir alimentos bien cocidos, preferiblemente calientes y no ingerir verduras crudas.
- Evitar los alimentos de preparación o procedencia insegura como puestos de venta callejer
- No consumir productos lácteos que no hayan sido pasteurizados.
Armar un botiquín básico:
- Repelente para insectos.
- Alcohol en gel.
- Pomada antibiótica y antimicótica.
- Gasas estériles.
- Bandas adhesivas (“curitas”)
- Termómetro.
- Medicamentos (para la fiebre, el dolor, alergias, antidiarreicos).
- Suero (para el tratamiento de la diarrea del viajero o deshidratación).