La extracción de cordales es una alternativa recomendada en cualquiera de los siguientes casos:

Con las cordales erupcionadas:
La muela emerge completamente y la corona (parte superior y visible del diente), está fuera de la encía. Aparentemente crecen con normalidad pero en muchas ocasiones, por la falta de espacio o el crecimiento en una zona muy posterior repercuten negativamente sobre la mordida, causando molestia al masticar y lastimando las encías a su alrededor. Otro de los efectos negativos, es la higiene deficiente en la zona, debido al difícil acceso para un adecuado y correcto cepillado, además del complicado uso del hilo dental, esto a mediano plazo puede terminar en la formación de caries, incluso en la pieza dental delante de la cordal.

Cordales semi – erupcionadas:
La cordal emerge parcialmente (asoma solo una parte del diente) y existe un espacio entre la este y la encía. Esto resulta perjudicial porque se pueden acumular restos de comida y cúmulos de bacterias habituales de la boca, propiciando infecciones de carácter continuo y repetitivo. La infección afecta la encía que rodea las cordales causando “Pericoronitis”, esta infección genera una molesta inflamación en la zona, dolor y complicaciones al masticar, además de muy mal aliento. En una etapa avanzada, la infección puede llegar a afectar también el hueso.

Cordales retenidas
La cordal no erupciona habitualmente. Se debe principalmente a que crece en una posición anómala y queda impactada o estancada contra la muela precedente, causando el apiñamiento dentario, entre otros tipos de riesgos y problemas como un quiste de origen dental.
El apiñamiento dentario resulta de la presión progresiva de las muelas emergentes (en este caso, las cordales) sobre la muela próxima, causando también el desplazamiento del grupo de dientes precedentes. Otro riesgo grave que se corre, es la posibilidad de que la cordal dañe la raíz de la pieza de adelante a través de un proceso que se conoce como “risoclasia dental”.
En este último caso, la extracción de cordales debe procurarse antes de que ocurra el apiñamiento porque una vez producido, la extracción de la cordal no devolverá a su posición original los dientes afectados.

¿Cuál es la mejor edad para extraer las cordales?
La extracción de cordales es más fácil aplicarla a pacientes jóvenes entre los 15 y 30 años de edad aproximadamente, porque la raíz del diente no se ha formado completamente y el hueso circundante es menos sólido.
Con el pasar de los años, las cordales se hacen más difíciles de extraer porque las raíces se desarrollan completamente, esto implica un mayor riesgo en el acto quirúrgico por la cercanía que existe con el nervio dentario alveolar inferior, además el hueso es más denso.

Si presenta alguno de los siguientes síntomas, le invitamos a visitar nuestra Clínica Dental Vital:
1. Inflamación y dolor en las encías
2. Alguna infección derivada de las cordales o dientes en la parte posterior de la boca
3. Cuando la posición de la cordal pueda causar algún daño a la muela de al lado.
4. Dolor facial en la zona de los terceros molares.
5. Mal aliento.
6. Sensación de presión – dolor irradiado a un lado de la cara, principalmente.